viernes, 5 de noviembre de 2010

EL PODER TERAPÉUTICO DE LA RISA Y EL HUMOR


EL PODER TERAPÉUTICO DE LA RISA Y EL HUMOR
Por Josep Planas

La risa es uno de los rasgos distintivos del ser humano: ningún otro animal –excepto en la ficción- sabe reír. A partir de los 40 días, más o menos, el bebé adquiere ya esa capacidad que le permite transmitir su sensación de bienestar a los demás.

Es difícil imaginar la existencia humana sin la presencia del humor. El humor, entre otras muchas cosas, facilita la cercanía y el afecto, nos ayuda a sobrellevar los momentos difíciles de la vida, proporciona momentos de disfrute y gozo, nos enseña a no tomarnos las cosas con excesiva seriedad, tiene importantes efectos terapéuticos tanto a nivel físico como psíquico y... ¡es una fuente de energía barata, no contaminante –pero sí, contagiosa- al alcance de todos!

Hace más de 4.000 años, se dice que había ya en el antiguo imperio chino, unos templos donde las personas se reunían para reír con el objeto de equilibrar su salud. Y en culturas ancestrales de tipo tribal, había también “hechiceros-payasos” que utilizaban el poder terapéutico de la risa para curar a los guerreros enfermos. Asimismo, los médicos de la antigüedad recomendaban la risa como medio de fortificar los pulmones y mejorar la salud del organismo en general. Incluso la Biblia dice que “un corazón festivo y alegre sana como una medicina”.

Más recientemente, a partir de los años 70 principalmente, se está utilizando la risa y el humor como apoyo en la recuperación y tratamiento de enfermedades en muchos hospitales de EE UU, Suiza, Alemania, Francia, etc. También en España existen algunas iniciativas al respecto. La película “Patch Adams”, protagonizada por Robin Williams en la década de los 90 y basada en hechos reales, gira alrededor de ese tema: el de un médico de Virginia que utiliza la risa como tratamiento para sus enfermos.

Claro está que también ha habido, a lo largo de la historia de la humanidad, períodos de oscurantismo en que la risa era mirada con desprecio: por ejemplo, durante la Edad Media no se consideraba apropiada para el silencio y la sobriedad que se suponía debía mostrar un buen cristiano; y, en la Inglaterra Victoriana, les era permitido reír a las mujeres como señal de respeto, pero no de forma “ostentosa”, etc.


 PRINCIPALES BENEFICIOS DEL HUMOR:

•  Influye de manera positiva en la salud, acelerando en muchos casos los procesos de curación. Existe evidencia científica de que la risa y el humor, como expresión de alegría, afectan positivamente a los sistemas cardiovascular, respiratorio, inmunológico, muscular, nervioso, endocrino, etc. El humor está siendo utilizado como terapia para combatir enfermedades que cursan con dolor crónico, somatizaciones (dolencias físicas originadas por estrés, etc.) así como en pacientes que sufren cáncer y SIDA, entre otros. Por otra parte, parece ser también que las personas que ríen poco o carecen del sentido del humor son más propensas a padecer enfermedades graves.

           
•  Es un excelente remedio contra la timidez y el miedo al ridículo: si somos capaces de reírnos de nosotros mismos y de nuestros complejos –con una autocrítica sana- antes de que lo hagan los demás. Como hace, por ejemplo, Woody Allen en sus películas. O un buen orador que, antes de comenzar su discurso, sabe ganarse a la audiencia, y de paso tranquilizarse, riéndose de sus propios miedos. Cuentan de un mago que, antes de cada actuación, entregaba una carta a un miembro del público con la indicación de que la leyera sólo si cometía algún error. La carta llevaba una nota que decía: “Ayer el mago X predijo que iba a fallar en este juego”

•  Nos ayuda a ser más tolerantes y benévolos con nuestras propias imperfecciones, las de los demás y las de la vida en general. Nos ayuda a relativizar y a ver las cosas en su justa medida, a pensar desde diferentes perspectivas. Ellis, un psicólogo americano creador de la llamada Terapia Racional Emotiva, opina que muchos problemas emocionales provienen de tomarnos la vida con excesiva seriedad. En este sentido, podemos considerar el humor también como un antídoto contra el fanatismo, la cerrazón y la intolerancia. Como decía el Zaratustra de Nietzstche: “sea falsa cualquier verdad en la que no haya habido una carcajada”

•  A veces, la salida humorística nos permite enfrentarnos a una crítica u ofensa de una manera asertiva, en un término medio entre la agresión y el fingir que no pasa nada. En algunos casos, el humor puede desarmar al contrincante, cogiéndole por sorpresa. En otros, simplemente servirá para transmitirle una queja de una forma benévola o simpática. Se entiende que debe ser humor “de buen rollo”, con un mínimo de respeto so pena de que se vuelva en contra nuestra. A veces, el humor puede también utilizarse, no para rechazar los ataques recibidos desde fuera sino desde dentro de nosotros mismos, cuando hay una parte de nosotros que nos está machacando, desvalorizando. Nos podemos también dar permiso para reírnos de ella.

•  Nos puede servir para tomarnos un respiro y recuperarnos un poco frente a determinadas situaciones de tristeza, ansiedad o dolor emocional.

•  Nos ayuda a tomar distancia de nosotros mismos y de nuestros problemas, a darnos cuenta de cómo a veces exageramos y distorsionamos la realidad, a tomar consciencia de situaciones absurdas, a descubrir nuevos horizontes, a ver las cosas desde ángulos inesperados.

•  Nos enseña a ser menos arrogantes, más humildes, a no tomarnos demasiado en serio. Deshincha la grandiosidad humana.

•  Nos proporciona momentos de intenso placer y cercanía con otras personas.

•  Puede servir de “colchón” para algunos conflictos interpersonales, pues es imposible estar enfadado y reír al mismo tiempo. El único riesgo aquí esta en excederse y que la otra persona sienta que no estamos tomándonos suficientemente en serio el problema.

•  Lubrica los canales de comunicación entre las personas. Ayuda a romper el hielo y a relacionarse de manera más distendida. Refuerza el sentimiento de camaradería entre los miembros de un grupo. Reduce la desconfianza y el miedo a acercarse a los demás. Alguien dijo, y no le faltaba razón, que “la risa es la distancia más próxima entre dos personas”
•  Reduce los sentimientos de desesperanza y abatimiento. Nos ayuda a desdramatizar los conflictos, a no tomar las cosas demasiado trágicamente, a descargar el exceso de estrés, a liberarnos de emociones negativas. Nos aporta frescura y una renovada alegría de vivir.

•  Nos ayuda a elevar nuestra autoestima al fomentar la aceptación de nosotros mismos con nuestro lado luminoso y nuestro lado oscuro, con nuestros aciertos y nuestros errores, con nuestra fuerza y nuestra fragilidad.

•  Señala y critica los absurdos de nuestra sociedad, desvela la hipocresía y la injusticia social de una manera lúdica y divertida, atravesando a menudo las barreras de la censura.

•  Reduce las distancias entre las personas y los roles dando una mayor sensación de cercanía, de igualdad. Por ejemplo, un profesor que sabe reírse con sus alumnos, se percibirá más próximo, más como un igual.

•  Puede desbloquear ansiedades en situaciones adversas. Por ejemplo: si nos quedamos parados en un ascensor por un corte de luz.

•  Puede permitir salir airoso de situaciones embarazosas.

•  Por encima de todo nos enseña que la vida, a pesar de los problemas, puede ser divertida.

Adam Jackson, en su libro “Los 10 secretos de la abundante felicidad” cita el humor como uno de los ingredientes básicos para alcanzar la felicidad y aconseja que intentemos hallar siempre el lado gracioso de las situaciones adversas. Así, en lugar de centrarnos en: “¿Qué es lo malo de esta situación?”, nos sugiere preguntarnos, “¿Qué tiene de gracioso esta situación?”. Y si no encontramos nada gracioso: “¿Qué podría tener de gracioso esta situación?”. Otra pregunta que sugiere para conocer si nos estamos tomando las cosas demasiado en serio es: “¿Se notarán las consecuencias de esto dentro de 10 años?” Si la respuesta es negativa, tal vez no valga la pena que nos preocupemos tanto.


EL HUMOR COMO TERAPIA

En el campo de la medicina, el humor y la risa tienen sobre todo una función de apoyo y de mejora de la calidad de vida del enfermo: ayudan a superar situaciones de estrés y miedo, a combatir sentimientos de aislamiento dolorosos, a mejorar la comunicación entre profesionales y pacientes, a relajar tensiones, etc. a la vez que proporcionan un marco más solidario y humano en la relación de ayuda. Por otro lado, diversos estudios científicos han revelado que el humor, no sólo tiene beneficios psicológicos sino que también ayuda a activar el sistema inmunológico de pacientes con cáncer o SIDA, entre otras muchas cosas.

En el campo de la psicología, numerosas terapias utilizan también el humor en mayor o menor medida como facilitador del proceso de crecimiento personal. En ese sentido, se ha demostrado útil para:
•  Crear una atmósfera relajada, de aceptación y confianza.

•  Ayudar al paciente o cliente a ver cómo, a veces, exagera o deforma la realidad.

•  Desdramatizar situaciones difíciles, mostrarle nuevos ángulos de visión de sus problemas.

•  Ayudarle a aceptarse a sí mismo, a tomar distancia de sus limitaciones, a superar su sentido del ridículo. Por ejemplo, instándole a que se ría de sus complejos en un “sketch” teatral, confeccionando una autobiografía humorística, etc.

•  Facilitarle el afrontamiento de situaciones que le infunden temor. Por ejemplo, pidiéndole que imagine en una situación cómica o con una nariz de payaso a un superior que le intimida, cada vez que tiene que hablar con él.

•  Mostrarle cómo a veces se complica la vida, de una forma simpática y divertida. Por ejemplo, Paul Watzlawick en su libro “El arte de amargarse la vida” cita el siguiente cuento ilustrativo: Un hombre quiere colgar un cuadro, pero le falta un martillo. Decide pedir a su vecino que le preste uno, pero le asalta una duda: “¿Y si no quiere prestármelo? Ahora recuerdo que ayer me saludó algo distraído. Quizá tenía prisa pero, ¿y si está enfadado conmigo?. No puede ser porque yo no le he hecho nada. Algo tendrá contra mí, pero ¿qué? Tal vez no me deje el martillo. Pero si a mí alguien me pidiera una herramienta, se la dejaría en seguida. ¿Cómo puede uno negarse a un favor tan sencillo?” etc. Y le va dando vueltas al asunto, cada vez más indignado hasta que, cuando llega a la puerta de su vecino, toca el timbre, se abre la puerta y antes de que aquel tenga tiempo de decir “buenas noches”, nuestro hombre le grita: “Quédese usted con el martillo, estúpido!”

Citaremos, finalmente, la risoterapia o terapia de la risa cuyo objetivo es provocar la risa y la carcajada de una forma espontánea, que salga del corazón y de las tripas. Para ello utiliza procedimientos tales como la expresión corporal, el juego, la danza, ejercicios de respiración, etc. Su finalidad básica es liberar tensiones y ayudar a las personas a relajarse y a abrirse a su capacidad de sentir y disfrutar a la manera simple y natural de los niños.



HUMOR SANO VERSUS HUMOR DAÑINO

El humor sano debe ser respetuoso con nosotros mismos y con los demás. No puede humillar ni humillarnos. Puede suscitar risas y regocijo pero no compasión. Puede dar a conocer nuestro lado más vulnerable, más humano pero no dejarnos tirados por el suelo para que los demás se compadezcan de nosotros o se burlen. Puede atacar a una conducta concreta de otra persona, pero nunca a la persona en sí. Supone reír con el otro, pero nunca reírnos del otro.

. El humor dañino, por el contrario, es sarcástico, hostil, ridiculizador, prejuicioso. No ayuda a la comunicación sino que la bloquea, no abre horizontes sino que pone muros y barreras, no une sino que separa.

. A veces, la frontera entre uno y otro es muy frágil y debemos saber utilizarlo con mesura y en el momento y ocasión apropiados pues es un arma de doble filo, que puede sanar pero también puede herir.


¿SABÍAS QUE...

•  Cinco minutos de risa a carcajadas equivalen a 45 minutos de ejercicio aeróbico?

•  Bajo el reinado de la Reina Victoria en Inglaterra, un tal George Vasey argumentaba que la facilidad para reír de los adultos no provenía de su sentido del humor ni de su grado de felicidad sino de que los hubieran hecho muchas cosquillas de pequeños?

•  Al reír se liberan gran cantidad de endorfinas, substancias químicas del organismo que proporcionan una sensación de bienestar y euforia?


El Autor es Psicologo Clinico
Especialista en Psicoterapia Integrativa y PNL

1 comentario:

  1. Bien vale la pena una carcajada temprano para comenzar el día. No importa de que, ríase, su cuerpo se lo agradecerá y se sentirá mucho mejor.

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