viernes, 19 de noviembre de 2010

CURARSE DE RISA

   EL TRAYECTO DE UNA CARCAJADA

'Después de que uno se ríe, entra en un estado de relajación', explica el doctor John Morreall, presidente de los seminarios  HUMORWORKS, en Florida. 'La presión arterial y los latidos del corazón descienden, así que nos sentimos profundamente relajados'.

Los terapeutas de la risa lo saben bien: la risa comienza por una brusca toma de conciencia. Ante un acontecimiento incongruente, ridículo, divertido o absurdo, súbitamente aparece la carcajada que atraviesa los neurotransmisores, recorre las neuronas en busca de una estructura de referencia donde situar la escena y, no consiguiéndolo más que imperfectamente o en absoluto, se precipita hacia el hipotálamo y desencadena una verdadera jauría de ondas y moléculas que chocan 
de frente contra las células nerviosas del diafragma, desencadenando movimientos convulsivos como el bostezo y la tos
.

En el mismo momento, en el cerebro se liberan las endorfinas que nos brindan una sensación de bienestar que relaja toda la esfera linfática.

El cuerpo emocional, desembarazado momentáneamente de sus tensiones, se libera y deja estallar su alegría de vivir. Respira. Al igual que nuestros pulmones, a pesar de la dificultad que tienen para efectuar su trabajo debido a las convulsiones que nos recorren el abdomen. Al cabo de un rato, de tanto soportar los saltos regenerativos del júbilo del cuerpo emocional, el cuerpo físico se expresa de nuevo. 

Corren las lágrimas, los maxilares se aflojan, los radicales libres, que están preparados, como siempre, para echar a perder nuestras células, se refugian en sus casamatas. En la última parte del recorrido de la carcajada, el cuerpo mental reemerge y volvemos a tomar conciencia de nuestra condición, que habíamos olvidado por unos segundos, en esa carcajada.

El célebre escritor Norman Cousins hablaba de la risa como 'el joggin interno', una especie de aerobismo interior que hace que el cuerpo segregue sus jugos positivos. 

PAYASOS EN EL HOSPITAL

Hoy, la creencia científica en los efectos de la risa en la salud descansa mayormente en los hombros de los doctores Lee Berk y Sanley Tan, ambos de la Facultad de Medicina de Loma Linda, en California. La risa, dicen, agudiza las habilidades de la mayoría de los instrumentos de nuestro sistema de inmunidad. 

Activa los linfocitos T y las células de ataque, las que ayudan a destruir los microorganismos invasores. La risa aumenta también la producción de nuevas células de inmunidad y reduce los niveles de cortisol, la hormona del estrés, que puede debilitar la respuesta del sistema de inmunidad.

Entretanto, los estudios han descubierto que el nivel de inmunoglobulina A, un anticuerpo segregado en la saliva para protegernos contra los microorganismos invasores en el aparato respiratorio, desciende durante el estrés, pero desciende mucho menos en las personas que tienen un gran sentido del humor.

Si bien estos descubrimientos son una indicación de cómo la risa puede ser un beneficio para la salud, no está probado todavía que estos efectos sobre la inmunidad se reflejen en curaciones más rápidas.

Desde otro ángulo, el doctor William Fry descubrió también que, para cuando un niño llega al jardín de infantes, se está riendo unas 300 veces por día. Comparemos esto con un adulto típico, que se ríe apenas unas 17 veces por día. (Hombres y mueres, dice él, se ríen la misma cantidad de veces, pero de cosas diferentes).

Fry llama 'humor profiláctico' a la risa, como medicina preventiva.

'El humor afloja los mecanismos de la mente. Estimula maneras diferentes, poco comunes, de ver las cosas'.

Fry  lleva esta idea un poco más allá. Sostiene que  LA CREATIVIDAD Y EL HUMOR SON IDÉNTICOS. AMBOS TIENEN QUE VER CON LA UNIÓN DE DOS ELEMENTOS QUE NO TIENEN UNA OBVIA CONE-XIÓN, Y CON LA CREACIÓN DE UN VÍNCULO.

Por último, el humor nos ayuda a luchar con lo impensable: nuestra calidad de mortales.

Tomado de: www.inteligenciaemocional.org


lunes, 15 de noviembre de 2010

LOS RONQUIDOS Y LA RELACION DE PAREJA

El ronquido afecta tanto a la persona que ronca como a su pareja, y en ocasiones se convierte en un elemento que puede destruir una relación ya existente, o impedir formalizar una nueva o en proyecto.

¿Cómo afecta la salud física de la persona que ronca?

El ronquido se produce cuando el aire atraviesa una vía respiratoria estrecha. En un 40% de los casos el flujo de aire puede detenerse por completo o disminuir de tal modo que no llega oxígeno suficiente a los órganos más importantes: el cerebro y el corazón.

Estas bajadas y subidas de oxígeno producen repetidos “microdespertares” de los que la persona no se da cuenta y el sueño se hace fragmentado o dividido, perdiendo su efecto reparador. La persona que ronca puede haber dormido, pero no ha descansado. De día se siente somnolienta, tiene dificultades para hacer sus labores y no tiene motivación para iniciar un encuentro sexual o se duerme antes de iniciarlo.

El sueño tiene diferentes fases que se distribuyen en proporciones más o menos uniformes todas las noches: sueño ligero, sueño profundo (que produce el efecto reparador) y sueño REM (Rapid Eye Movement), en que el cuerpo está paralizado, pero el cerebro está tan activo como cuando se está despierto. Es en esta fase donde se producen los ensueños y las erecciones nocturnas cuando se relajan los músculos de las venas de los cuerpos cavernosos (columnas de tejido eréctil situadas en la parte superior del pene, que se llenan de sangre durante la erección), que le permiten la entrada de sangre y su oxigenación.

La proporción normal de sueño REM es de un 25% del tiempo total de sueño. Cualquier alteración de esa proporción disminuye los “momentos de oxigenación” del pene y por lo tanto, a largo plazo, el órgano sufre en su función, como lo sugiere un estudio publicado en la revista Urology 2008 en que demostró que los hombres con apnea del sueño severa tienen dos veces más disfunción eréctil que los individuos que no roncan.

Por otra parte, los microdespertares y los cambios repentinos en los niveles de oxígeno producen también una activación del sistema nervioso de alerta: el sistema simpático, que induce la producción de las catecolaminas u hormonas del estrés; es por esto que la persona con ronquido severo produce hormonas del estrés cuando está intentando descansar.

La activación del sistema nervioso de alerta lleva a un estrechamiento de los vasos sanguíneos, por lo que el corazón debe hacer más fuerza para bombear la misma cantidad de sangre, produciéndose hipertensión arterial. Al mismo tiempo, la médula ósea produce más glóbulos rojos para transportar el poco oxígeno que está entrando, con lo que la sangre se torna más espesa.

En síntesis, tubos más estrechos, sangre más espesa, mayor presión arterial: receta perfecta para un infarto o una trombosis.

Por último, los microdespertares repetidos impiden el efecto reparador del sueño, por lo que la persona se siente somnolienta en horas en la que debería estar alerta. Esto produce disminución de la concentración, con una baja en el rendimiento laboral y en los estudios. También aumenta el riesgo de sufrir un accidente en el trabajo o de tránsito.

¿Cómo afecta el ronquido la autoestima?

Cuando las personas son rechazadas o discriminadas por cualquier condición, como el ronquido, se produce inicialmente un sentimiento de inferioridad. Según su personalidad el individuo puede llegar a deprimirse, pero en otros casos puede reaccionar contra los que lo rechazan. El hecho de que se deteriore una relación sentimental, o de que no pueda conseguir pareja debido al ronquido perjudica su autovaloración.

Si nos enfocamos en la disfunción eréctil, que es una de las consecuencias de la apnea del sueño severa, estaría de más mencionar lo que ocasiona en la autoestima de un hombre y cómo interfiere en la vida de pareja. A esto podemos agregar que tener sueño durante el día disminuye la iniciativa para salir, ver juntos una película, compartir, iniciar juegos previos al sexo, etcétera.

El que se está durmiendo solo quiere eso… ¡dormir!

¿Cómo afecta el ronquido la salud física de la pareja?

Es indudable que una adecuada calidad y duración del sueño son indispensables para sentirse bien al día siguiente. El hecho de tener una fuente de ruido tan cercana, como una pareja roncadora, interrumpe repetidamente el sueño produciendo los microdespertares que deforman su ciclo normal y a su vez activan el sistema nervioso de alerta, liberando hormonas del estrés y alterando el sistema cardiovascular.

En un estudio publicado en la revista, Health Care for Women International, por los doctores suecos Ulfberg, Carter y colaboradores, titulado “Efectos adversos en la salud de mujeres que conviven con grandes roncadores” se investigaron a 1.032 mujeres de 30 a 64 años sobre su sueño y su salud.

La conclusión fue que comparadas con aquellas cuyos esposos no roncaban, las mujeres que convivían con hombres roncadores reportaban insomnio con mayor frecuencia, un sueño no satisfactorio, cefalea o jaqueca matutina y sueño durante el día.

En un estudio se investigó diez parejas en que el hombre roncaba, sometiendo a ambos cónyuges a un estudio del sueño simultáneo. A mitad de la noche se le colocó al roncador una mascarilla llamada CPAP, que suprime los ronquidos y las apneas.

Los investigadores compararon el sueño de las diez mujeres antes y después de suprimir los ronquidos del marido y la conclusión fue que al hacer esto su sueño mejoró en un 13% que equivale a dormir una hora más todos los días.

Indudablemente el ronquido afecta el sueño de las parejas y por lo tanto su salud.

¿Como afecta el ronquido las emociones en la pareja?

Los cambios repentinos en los niveles de oxígeno, la activación del sistema nervioso de alerta y los despertares repetidos producen un cambio en el estado emocional de las personas, tornándolas más agresivas, antipáticas y pesadas. Además estudios científicos validados han demostrado que produce una disminución del deseo sexual.

Esta mezcla de sentimientos negativos produce ansiedad y estrés, por lo que el estado emocional no es el mejor. Si sumamos a esto las limitaciones del deseo y la capacidad sexual, la somnolencia excesiva, los trastornos de salud y la insatisfacción con la calidad de vida, el panorama no es el más alentador para la pareja.

Por Dr. Luis Felipe Encarnación